El lombo los rollos
Siempre que las veo me recuerdan a aquella adivinanza que nos contaban cuando éramos niños: “Entre dos peñas feroces, sale un hombre dando voces”. Y no puedo por menos de imaginarme al hombrito ahí en medio, desencajado, blandiendo su bastón amenazante y llamándonos de todo por entrar en su propiedad y pisarle lo sembrao.
No es el caso, evidentemente. El lombo de los rollos no tiene nada que ver con esa parte de nuestra anatomía, incluso se podría decir que allí, gracias a las jaras y los robles de su entorno, huele maravillosamente. Pero eso no quita para que guarde su historia y su leyenda en el inconsciente colectivo de nuestra comunidad.
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Alguien comentó alguna vez que esas piedras eran dos ovillos de lana que devanaba la Virgen María una tarde que estaría aburrida. ¿Quién sabe? Ovejas debía tener, de eso no hay duda, porque cuando nació el Niño le llevaron unas cuantas. Eran corderos entonces, pero seguro que los conservó en su portal y después le darían buena lana.
Otros dicen que son los pechos de una mujer, que amamantaría a dios sabe quién, y hay quien asegura que son ni más ni menos que los testículos fosilizados del tiranosaurio rex. Por imaginar que no quede.
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En cualquier caso, el lombo de los Rollos bien merece una visita. Son apenas cuatro kilómetros desde Lumbrales que se recorren en un agradable paseo de menos de una hora entre campos sembrados de robles y encinas, de paredes de piedra y chozas de pastor, disfrutando de un aire tan puro que podría marear a aquellos que no están acostumbrados a respirar a pleno pulmón un oxígeno sin contaminar. Deberás dirigirte hacia el Parque de Bomberos y, tomando el camino que lo deja a su izquierda, cruzar la antigua vía y seguir recto esos pocos kilómetros. No tiene pérdida y, cuando llegues, enseguida los verás.
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Quizás ahora no sea el momento, pero, a partir de la próxima primavera, piénsatelo, harás un poco de ejercicio y disfrutarás de estas piedras caballeras que el capricho de la naturaleza ha querido moldear. Quizás no sean sagradas, tal vez los mitos, leyendas y rituales arcaicos que le atribuyen carácter mágico o sobrenatural no sean más que eso, ritos y leyendas. Pero con un poco de imaginación seguro que tu también verás algo especial… siempre que no te salga el hombrito amenazante dando gritos con su cayá.
En ese caso, no corras, que es peor.
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PD.- Quizás alguno de vosotros hayáis oído alguna historia o leyenda sobre ellas, si así fuera, agradeceríamos que nos la contarais para añadirla al acervo cultural de nuestra historia. Otro día os pediremos que nos digáis algo sobre el becerro de oro de Las Merchanas.